Este artículo, salió en el País hace tiempo, con los calores que hace es bueno recordarlo.
Tras años repitiendo a los atletas
que bebieran tanto líquido como fuera posible para evitar la deshidratación, algunos
médicos dicen ahora que beber demasiado durante un ejercicio intenso supone un riesgo
mayor para la salud. Cada vez hay más atletas, más corredores de maratón, que diluyen
drásticamente su sangre por beber demasiada agua o demasiadas bebidas deportivas,
y llegan a enfermar de gravedad e incluso morir por esta causa. Una nueva investigación
realizada en corredores del Maratón de Boston, publicada el jueves pasado en The
New England Journal of Medicine, confirma el problema y logra ve que es. En la investigación
participaron 488 corredores del maratón que corrieron en 2002, a los que se les
extrajeron muestras de sangre antes y después de la carrera. Aunque la mayoría estaba
en perfectas condiciones, el 13% (62corredores) bebieron tanto que experimentaron
hiponatremia, es decir, niveles de sodio en sangre anormalmente bajos. Tres tenían
los niveles tan bajos que corrían peligro de fallecer. Los corredores con este problema
eran en general más lentos, y necesitaron más de cuatro horas para terminar la carrera.
Eso les dio tiempo para beber grandes cantidades de líquido. Y las bebieron: una
media de tres litros, aproximadamente 13 vasos de agua o de una bebida deportiva.
Bebieron tanto que acabaron aumentando de peso durante la carrera. Los riesgos que
asumen los deportistas por beber demasiado es algo que ha preocupado a los médicos
y a los directores de la carrera durante años. Conforme participaba en las carrera
son mayor número de corredores, los médicos empezaron a observar más casos de atletas
que entraban en las tiendas de urgencias dando traspiés, con náuseas, aturdidos,
apenas coherentes y con la sangre gravemente diluida. Algunos llegaron a morir allí
mismo. Los médicos especializados en maratones afirman que el estudio te fenómeno.“Antes
de este estudio, sospechábamos que había un problema”, afirma Marvin Adner, director
médico del Maratón de Boston.“Pero ahora ha quedado demostrado”.
La caída de los
niveles de sodio en sangre es perfectamente prevenible, opina Adner. Durante el
ejercicio intenso, los riñones no pueden excretar el exceso de agua. A medida que
la persona sigue bebiendo, el agua añadida pasa a las células, incluidas las cerebrales.
Las células cerebrales inundadas, sin espacio para expandirse, presionan el cráneo
y llegan a comprimir el tallo cerebral, que controla funciones vitales como la respiración.
El resultado puede ser mortal. Pero los corredores de maratón que incurrían en este
riesgo no eran conscientes de ello. No hacían más que seguir el consejo que se da
habitualmente a los atletas: evitar la deshidratación a toda costa. Bebe antes de
tener sed era el lema. Los médicos y las empresas de bebidas “convirtieron la deshidratación
en algo temible”, explica Tim Noakes, experto en hiponatremia que trabaja en la
Universidad de Ciudad del Cabo. “Todos nos deshidratamos en una carrera”,dice Noakes.“Pero
no he encontrado ninguna muerte de un atleta por deshidratación en una carrera competitiva
en toda la historia de la competición. Ni una. Ni siquiera un caso de enfermedad”
.Por el contrario, afirma, conoce a personas que han enfermado y muerto por beber
demasiado. La hiponatremia se puede tratar aplicando al paciente, por vía intravenosa,
un pequeño volumen de solución salina altamente concentrada. Eso puede salvarle
la vida, porque hace expulsar el agua de las células cerebrales hinchadas. Pero
a veces ocurre que los sanitarios de urgencia creen que el atleta sufre un problema
de deshidratación y administran líquidos intravenosos, lo cual agrava el problema
y puede llegar a matar al paciente.
Los corredores pueden calcular cuánto deberían
beber pesándose antes y después de las sesiones de entrenamiento, para ver cuánto
pierden, y de esa forma cuánta agua deben restituir. Pero también pueden seguir
lo que Paul D. Thompson denomina “una regla general aproximada”. Thompson, cardiólogo
del Hartford Hospital de Connecticut y corredor de maratones, aconseja que beban
en movimiento.“Si paras y bebes un par de vasos, te estás excediendo”, dice. Adner
advierte de que también hay que tener cuidado después de una carrera. “No se trata
de encharcarse en agua”, dice. Por el contrario, aconseja esperar a beber hasta después
de orinar, un signo de que el cuerpo ya no está reteniendo agua. El principal autor
del estudio, Christopher S. D. Almond, del Children’s Hospital, oyó hablar por primera
vez de la hiponatremia en 2001, cuando una ciclista bebió tanto en una carrera de NuevaYork a Boston que sufrió un espasmo. Finalmente
se recuperó. Almond y sus colaboradores decidieron investigarla verdadera incidencia
de la hiponatremia. Hasta hace poco, la afección era prácticamente desconocida,
porque en las pruebas de resistencia como maratones y triatlones participaban prácticamente
sólo atletas rápidos que no tenían tiempo de beber demasiado
Van tres pobres deshidratados, perdidos en el
desierto. En eso que se encuentran una lámpara, la frotan, y Bingo!! El genio
de la lámpara!!
Les concede 3 deseos; como son tres, los reparte -uno a cada uno-; el primero
pide desesperado: "QUIERO VOLVER A CASA". Poof! Concedido!
(desaparece); el segundo, lo mismo ...; y en eso que al dirigirse el genio al
tercero, se estaba partiendo de risa por el suelo, se le salían las lagrimas,
las carcajadas se oían desde La Meca ...El genio, asombrado, le pregunta: ¿Y tu de que te ríes? ¿Que quieres tu?
-JAJAJAJA JIJIJI JOJOJO ... YO QUIERO QUE VUELVAN ESOS DOS!!"
Un saludo
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