CON HUMOR 2020
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Paso a paso (con Fotos) (pasar el raton y pinchar en las resaltadas)
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Cómo Freír un huevo
Contenido: Cómo Freír un Huevo......................... 4
Planteamiento del Problema................................. 4
Herramientas
Necesarias..................................... 4
Materias Primas.................................................. 4
Usando la Sartén para Cocinar............................. 4
Preparando el Terreno......................................... 5
¡Empezamos!...................................................... 5
Preparar el Huevo para Echarlo............................ 6
Abrir el Huevo..................................................... 6
¿La Yema Está Entera?........................................ 6
Calentar el Aceite................................................ 7
Encender el Fogón.............................................. 7
Poner la Sartén al Fuego..................................... 7
Echar el Huevo en la Sartén................................. 7
Fríe que te freí.................................................... 8
Sacar el Huevo de la Sartén................................. 8
A
continuación, se indican los pasos básicos para que la tarea de cenar,
(cuando la parienta no está por la labor) , no sea una experiencia
traumática. Para tod@s aquell@s que en su vida han frito un huevo. Proceso
explicado paso a paso.
Debemos
considerar la preparación de todo lo necesario para nuestro caso:
Para que nuestro
huevo frito posea las cualidades alimenticias idóneas, se requiere disponer
de:
-
Un fogón disponible y listo para
funcionar.
-
Un encendedor , para las cocinas a gas. Si
no tenemos, sirven unas
cerillas.
-
Una sartén de, como mínimo, 15 cm de diámetro.
-
Una espumadera o, en su defecto, una paleta de cocina .
-
Opcionalmente, una cuchara sopera , o de tamaño ligeramente
mayor.
Y para que la cena sea todo un placer,
conviene tener a mano:
- Un plato
de diámetro mínimo 15 cm.
- Un tenedor normal.
Por
otro lado, un huevo frito no es un huevo frito si no tenemos un huevo.
Dejando aparte la testosterona, necesitaremos:
- Alrededor de 12
cl de aceite, para cubrir el fondo de la sartén con unos 0,5 cm de aceite.
- Una pizca de sal.
- Pan, para mojar en la yema del huevo.
Conviene
estar relajados al encarar esta parte decisiva del proceso: No es agradable
quemarse las manos con el aceite hirviendo. En realidad, no hay por qué
asustarse, basta con ir con cuidado. El peligro es muy bajo siguiendo unas
recomendaciones básicas.
Aparte del aceite
caliente, conviene llamar la atención sobre la posibilidad de que se reviente la yema del huevo al ponerlo en la sartén . También para esto hay toda una serie de
técnicas y trucos que nos llevarán a un final
feliz .
De todas formas,
si se revienta la yema , el único inconveniente será que no
podremos mojar pan. Pero está igualmente rico. Incluso los hay que lo
prefieren así.
Los pasos
recomendados ante el trance que nos espera son:
Es muy
recomendable disponer de una superficie amplia donde depositar todos los
utensilios que vamos a necesitar. De esta forma evitaremos perder la
concentración en los momentos críticos que seguirán.
Los consejos
básicos para distribuir bien el espacio son:
- Elegir un
fogón contiguo a un mármol , o mesa.
- Disponer las herramientas y los
ingredientes en el mármol correspondiente, y en el orden en que los usaremos
después:
1º: Sartén
2º: Aceite
3º: Encendedor
4º:
Huevo
5º: Salero
7º:
Plato
- Asegurarnos de tener espacio
suficiente detrás de nosotros y a los lados por si hemos de apartarnos de
sopetón. No suele ser necesario cuando tenemos cierta experiencia, pero es
conveniente si es nuestra primera vez.
Nota:
El tenedor y el pan lo podemos dejar en la mesa donde pensemos cenarnos el
huevo. Conviene también llevar a la mesa
un vaso, agua, vino o la bebida que prefiramos y, como mínimo, una
servilleta .
Ante
todo, mucha calma. Lo decían los Siniestro Total y tenían más razón que un
santo. Si estamos nerviosos por cualquier cosa, conviene sentarse a ver el fútbol , y seguir con nuestra cena en la media
parte.
Lo primero que
debemos hacer es poner el aceite en la
sartén . Como
decíamos antes, debemos cubrir el fondo de la misma con medio centímetro,
aproximadamente, de aceite. Más cantidad no es necesaria, y si ponemos mucho
menos, se pegará el huevo al fondo, y no podremos sacarlo de allí. No
obstante, hay soluciones para todo: podremos comerlo de la sartén si
conseguimos desalojar el aceite .
Una vez el aceite
está en la sartén, tenemos dos opciones: Ponerlo
a calentar
para ganar tiempo, o preparar
el huevo para echarlo , para tenerlo disponible antes de calentar
el aceite .
Una vez que estaba
friendo un huevo, mi Madre me oyó quejarme de que siempre
se me rompía al echarlo en la sartén , y me explicó un truco que a partir de
entonces siempre he seguido con éxito.
El truco consiste
en romper la cáscara del huevo y echar
el contenido en un plato (puede ser el mismo en el que se comerá, o mejor
otro diferente). Si la yema se rompe, podremos batirlo para hacer una tortilla , y si no se rompe, es más
posible que al pasarlo del plato a la sartén, la yema conserve su integridad.
De todas formas,
los más hábiles pueden intentar cascar el huevo y echarlo directamente en la
sartén (sin la cáscara).
Pero abrir un
huevo
tiene mucha miga, así que veamos el siguiente
paso .
Aún
no se han inventado huevos con abre-fácil, así que tendremos que usar el
método rudimentario: Cascarlo a mano.
Para ello debemos
golpear el huevo, con delicadeza, sobre un borde. Puede ser el borde de un
plato, el borde de la sartén, o el canto del mármol. El caso está en darle
con la fuerza justa para que se raje ligeramente la cáscara, pero que no se
nos desmonte el huevo en la mano.
En este último
caso, lo mejor es tirar el huevo a la basura , quitarse el
pringue de la mano, e intentar de nuevo con otro huevo.
Una vez
conseguimos una grieta de unos 3 o 4 cm de longitud, siguiendo la
circunferencia menor del huevo, procederemos
a abrirlo, con las dos manos, y dejando caer el contenido en la sartén
o en el plato de prueba.
¡Ya tenemos el
huevo abierto! Ahora hay que tirar la cáscara , y comprobar
si la yema está entera .
Una yema rota se
reconoce fácilmente: de la bola amarillo-naranja sale un líquido viscoso, que
se mezcla con el otro líquido viscoso, la clara, que es transparente. Si en
tu huevo no puedes reconocer la bola amarillo-naranja, no hay duda: Se te ha
roto la yema.
Si se te ha roto el huevo , tienes dos opciones: hacerte
una tortilla o freir lo que quede de huevo,
opción interesante si la yema no está completamente rota, es decir, sólo pierde un poco.
Esta es la tarea
más fácil, pero si se hace mal puedes echar a perder la cena.
Para calentar el
aceite basta con encender
el fogón
y poner la
sartén con el aceite al fuego .
La forma más segura
de encender el fogón es:
1º: Encender el encendedor
(o
una cerilla), y acercarlo al fogón.
2º: Dar el gas para el fogón
correspondiente. Suele haber un dibujo en las encimeras que sirve para reconocer a
qué fogón corresponde cada mando.
3º: Cuando se encienda el fuego , retirar rápidamente la mano.
La sartén se coge
por el mango, con la cara cóncava hacia arriba, y se deposita encima del
fogón que hemos encendido previamente. Es recomendable ajustar la potencia
del fuego al mínimo, pues al máximo el aceite se calentará en exceso, y
saltará cuando estemos friendo el huevo.
Para ajustar el
fuego al mínimo, girar el mando hacia el lado contrario del de cierre. Cuando
lleguemos al tope, podemos observar que la llama ha bajado considerablemente
de altura. Eso es el mínimo.
Una última
recomendación, muy útil: Situemos el mango de la sartén hacia el lado
contrario del mármol que estamos utilizando. Si lo situamos hacia el mármol,
o hacia nosotros, correremos el riesgo de moverlo accidentalmente, con lo que
podríamos tirar nuestro precioso aceite, o el huevo mismo, al suelo o, aún
peor, encima
de nosotros .
Después de poner
el aceite al fuego, procederemos a echar el
huevo en la sartén .
Debemos esperar a
que el aceite se caliente UN POCO antes de echar el huevo al
mismo. Si está demasiado caliente, al echarlo comenzarán a saltar gotas de
aceite hirviendo, que nos pueden salpicar en manos, brazos e incluso la cara.
Si previamente
habíamos puesto el huevo en un plato, bastará con inclinar dicho plato sobre
la sartén, de forma que el huevo resbale hacia ella.
Los más expertos
pueden intentar cascar el huevo directamente sobre la sartén. Cuidado: en ese
caso no hay vuelta atrás, si se rompe la yema, rota se queda.
Una vez el huevo
está en el aceite, debemos coger un pellizquito de sal del salero y
espolvorearlo por encima del huevo, con mayor insistencia en la yema. Esto le
dará un punto de excelencia a nuestra cocina.
Así comenzaremos
el siguiente
paso .
Con
el huevo en el aceite, y la cuchara o la espumadera en la mano, procederemos
a hacer pasar el aceite caliente sobre la yema del huevo, de forma que quede
bien blanquita. Observaremos también que la clara, que antes era transparente,
se está volviendo de color blanco a medida que el aceite se calienta. Este
proceso de blanqueado del huevo recibe la denominación de cuajado .
Cuando la clara
presente un aspecto consistente, y la yema esté bien rosada por encima, habrá
llegado el momento de sacar
el huevo de la sartén .
Conviene avisar de que esta es la segunda operación más
delicada, después de la de abrir el huevo, y que requiere una gran
coordinación. Podemos practicar con servilletas de papel en la espumadera,
pero es importante recordar que LA YEMA ES MUY
FRÁGIL , y hay
que tratarla con sumo cuidado.
Lo primero es
apagar el fogón. Posiblemente necesitaremos tiempo para sacar el huevo, y es
preferible que el aceite se vaya enfriando, para que no se nos pase el punto
exacto de cocción. Para apagar el fogón, girar el mando
correspondiente
hacia el tope contrario del mínimo. ¡Milagro: se apagó!
Con el fogón apagado, debemos deslizar suavemente la espumadera , por debajo del huevo, con
cuidado de no reventar la yema y, una vez cubierta la base
del huevo con la espumadera, hay que elevar el conjunto, manteniendo la
horizontal para que el huevo no resbale hacia un lado, y llevarlo hacia el
plato definitivo.
Cuando lleguemos
al plato , bajaremos hasta
la superficie del mismo, e inclinaremos la espumadera, retirándola con
cuidado de forma que el huevo quede en el plato. Si no resbala, deberemos
llevar el huevo a un extremo del plato y deslizar la espumadera hacia el
extremo contrario, de nuevo, imprimiendo ligeras sacudidas para que el huevo
se desprenda y quede en su sitio y listo
para comer .
¡Enhorabuena!
Acaba usted de conseguir cocinar todo un huevo frito. Manjar exquisito donde
los haya, su aporte energético y vitamínico le permitirá darle su merecido a
la parienta que no le quiso preparar la cena.
Y si es usted de
los que piensan que su merecido es una buena paliza, el aporte de ácidos
grasos poliinsaturados de un huevo frito o más al día le dará colesterol como
para que le revienten las coronarias y la pobrecita de su parienta pueda
vivir en paz de una puta vez.
-A TODOS Y A TODAS QUE
VISITAIS EL INFIERNO MÁS DE LOS DESEADO, CUANDO OTROS CREEN QUE ESTAIS
HACIENDO DEPORTE:
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lunes
CÓMO FREIR UN HUEVO
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