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EL CALOR EN EL CORREDOR


El calor en el corredor

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Cuatro síndromes fundamentales se pueden presentar en el corredor : calambres, agotamiento por calor, golpe de calor e insolación.

Aunque pueden presentarse aislados, lo más frecuente es que no exista una separación clara entre ellos y sean, por tanto, difíciles de distinguir.

El organismo humano es homeotermo, lo cual significa que para mantener de una forma constante la temperatura corporal dentro de unos límites tan estrechos (de 36 a 37º C), necesita, ante elevaciones importantes de la temperatura exterior, poner en marcha una serie de mecanismos de termorregulación.

Ante un ejercicio muscular intenso se producen importantes cambios fisiológicos encaminados a disminuir la temperatura corporal y que consisten en una redistribución sanguínea hacia la piel (con pérdida de calor al exterior) y los músculos, con sobrecarga circulatoria y aumento de la frecuencia cardiaca; de la misma manera, ante un ambiente exterior frío se produce un aumento del flujo sanguíneo a través de la piel con pérdida de calor. Sin embargo, si la temperatura ambiental es igual o superior a la corporal, el único medio para disminuir la temperatura corporal es la evaporación por el sudor. El objetivo fundamental es que el organismo trata de refrigerarse en dichas circunstancias.

La eficacia de este sistema de termorregulación va a depender fundamentalmente de varios factores:
La constitución del individuo, sobre todo, del grado de obesidad.
El entrenamiento del sujeto al calor: Adaptación conocida como aclimatación.
El grado de humedad atmosférico: A más humedad aumenta la dificultad para absorber la sudoración producida.
El viento: Al disminuir la aireación se dificulta la evaporación del sudor.
La vestimenta: más perjudiciales las oscuras y gruesas. La existencia de enfermedades que dificultan la sudoración: diabetes,
alteraciones cardíacas, pulmonares y renales.
Enfermedades que cursan con aumento de la producción de calor: infecciones,
hipertiroidismo y aquellas que se acompañan de fiebre.
Consumo de ciertos fármacos: sedantes, anfetaminas y antidepresivos, fundamentalmente.
Psicopatías y estados de etilismo agudo o crónico que disminuyen la tolerancia al calor excesivo.
Los calambres por el calor son contracciones dolorosas de la musculatura voluntaria y que habitualmente se presentan tras un ejercicio intenso, en personas jóvenes aclimatadas y entrenadas. Son consecuencia de la pérdida de sodio que se produce por la intensa sudoración en ambientes cálidos y húmedos, con reposición de la pérdida de líquidos pero sin el aporte salino necesario. Para evitar los calambres por calor, a parte del reposo en ambiente fresco, sería la reposición salina oral con soluciones de rehidratación. Se aconsejará una ingesta mínima de tres litros. En ocasiones (los 100 km en 24 horas) ha sido necesario ingresar a algún corredor, cuando presentaba alguno de estos síntomas: Si persisten y son calambres musculares muy intensos. Si tras análisis sanguíneo se detectan unas cifras de sodio en plasma inferiores a 130 mEq/l. Cuando coexista alguna de las enfermedades de base comentadas y favorecedoras de las enfermedades por calor.

En estos casos, se procederá a la reposición salina intravenosa con goteros.

El agotamiento o colapso por calor, está ocasionado por un déficit de agua o sal, ya sea por ingesta insuficiente o exceso de pérdidas, no repuestas voluntariamente o por falta de medios. El cuadro de agotamiento se desarrolla de forma brusca con debilidad, cansancio, vértigo, dolor de cabeza, sed, náuseas, vómitos, diarreas y calambres musculares. Puede producirse un aumento de la frecuencia respiratoria, con retención de CO 2 lo que conlleva una sensación de hormigueo en extremidades y calambres. La temperatura rectal suele ser normal si bien puede estar elevada, aunque nunca llega a 41º C. La exploración física muestra signos de deshidratación pero la sudoración está conservada.

Ante un cuadro de agotamiento por calor, colocar al corredor en un lugar fresco. Descubrirle y refrescar la piel con una toalla húmeda con el objetivo de limpiar el sudor excesivo más que para enfriar. Dar a beber líquidos abundantes: Agua con sal y bicarbonato: 1 litro de agua con una cucharadita de sal común y media de bicarbonato sódico. En caso de calambres intensos, aumentar la ingesta de sal. En caso de encontrarse mareado, con pulso débil o bajas tensiones y si no se recupera, debe ser trasladado a un hospital para observación médica. Una vez en el hospital, se realizará analítica de sangre y se repondrán las pérdidas de líquidos y sal mediante goteros. Además, se controlará la temperatura corporal y la tensión arterial cada 6-8 horas.

El golpe de calor en el corredor, es el fracaso de la función de diferentes órganos internos secundario a una elevación extrema de la temperatura corporal como consecuencia de un fracaso de la termorregulación.

Característico de personas jóvenes no entrenadas que realizan un ejercicio físico intenso. La temperatura ambiental elevada favorece su desarrollo. No obstante, este tipo de golpe de calor, al estar más en relación con la producción propia de calor, puede presentarse con temperaturas ambientales no muy altas. En la mayoría de los casos el comienzo del golpe de calor es súbito. Algunos corredores, sin embargo, refieren síntomas de inicio poco específicos, como debilidad, mareos, dolores de cabeza y calambres musculares que, en general, aparecen minutos, horas antes de la disminución del nivel de conciencia. Los síntomas se deben a las alteraciones hidroelectrolíticas como consecuencia de la alteración de la respuesta normal del organismo para disipar el calor
La temperatura rectal suele ser superior a los 40º C. La ausencia de sudoración con piel seca se considera un requisito previo para el diagnóstico de golpe de calor clásico, siendo el fracaso de los mecanismos de sudoración la clave del desencadenamiento del cuadro.

La hipertermia, la alteración del nivel de conciencia y la ausencia de sudoración, junto con el antecedente de exposición a temperatura ambiental elevada o de la realización de ejercicio intenso son las características que definen la enfermedad. La alteración del sistema nervioso central es constante en todos los casos, y abarca desde disminución del nivel de conciencia hasta agitación intensa, crisis convulsiva y pérdida de fuerza en las extremidades. La afectación cardiaca es menos frecuente, habiéndose descrito desde zonas de infarto hasta dilatación cardiaca con alteraciones en la fuerza de contracción del corazón. Se producen también alteraciones renales y grave afectación hepática días después de la presentación del cuadro. Con bastante frecuencia este cuadro puede terminar con la muerte del corredor, por lo cual nunca habrá que llegar a este estado, ni tampoco a los anteriores que le preceden.

Nuestra actuación irá encaminada a iniciar medidas físicas de enfriamiento en todas las personas con fiebre elevada y alteración de la conciencia en las que sospechemos este cuadro: Colocar al accidentado en una bañera con agua fría o con hielo, hasta que descienda la temperatura a 38,5º C. Otra opción es friccionar el cuerpo con compresas de agua helada o hielo picado.

Dar a beber agua con sal y bicarbonato de igual forma que en el agotamiento por calor. Friccionar fuertemente la piel para combatir el espasmo vascular de la piel. Trasladar siempre al hospital para mantener el sistema cardiovascular y tratar las complicaciones (sistema nervioso, riñón, corazón...), así como para la vigilancia y el control constante del paciente.

La insolación, es un cuadro debido a la acción directa y prolongada de la irradiación solar sobre la cabeza, estando muy expuestos los corredores de ultrafondo. Se caracteriza por: Dolor de cabeza, náuseas, vómitos y debilidad generalizada. Pulso débil y respiración lenta.
Elevación de la temperatura corporal. Vértigo y calambres musculares.


Alteraciones visuales y auditivas. Convulsiones y alteraciones cerebrales incluida la pérdida de conciencia. Ante una insolación, Retirar de la exposición al sol y colocar en una habitación fresca y bien ventilada.

Colocar compresas frías en la cabeza e incluso realizar un baño no muy frío si la temperatura es elevada. Administración de líquidos fríos: zumos. No administrar bebidas alcohólicas.

Alimentación muy ligera. Masajes en miembros para mantener una buena circulación.
Si intenso dolor de cabeza: ácido acetilsalicílico. Traslado al hospital para valoración si persiste el cuadro o el corredor no acaba de recuperarse.

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