HUMOR
(o no) 2019
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Esta sección que cambiara todos los jueves, (o casi)
no tiene más fín que el que tiene. El o la que le quiera buscarle las
vueltas, que no vea la vuelta del machismo. Al que le haga gracia, que se
ría, y a l@s que no, que dejen su comentario si así se encuentran mejor. Nada
de lo ponga, es mío, todo lo expuesto en esta sección ha sido ya publicado
por internet hace más de una década.
Como todo hay en la viña del señor, a cada
un@ su racimo, y yo con el mío.
Un saludo y que los políticos, no nos hagan perder
el poco humor que nos queda.
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UN
POCO EXAGERADO
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Es un poco exagerado, pero está muy bien.
EL HOMBRE DE MI VIDA ME HA DEJADO:
Después de
treinta años de desvelos, de darlo todo por él, de esperarlo despierta cuando
salía con los amigotes, se ha ido de casa.
Y no es que
se haya ido con otra, que eso lo entendería. ¡No! Encima tiene la poca
vergüenza de decirme:
- Mamá, es
que necesito espacio. Ya soy mayor.
¡Mayor!
Pero ¡¡¿dónde va esa criatura con 30 añitos?!!? Ahora, que yo se lo he dicho,
eh??
- Parece
mentira, dejarme tan pronto, hay que ser mal hijo...
Y me dice:
- Pues
Jesucristo se fue de casa con 30 ?
- ¡Y mira
cómo acabó! ¡No llegó a los 34!
En fin...
Ya lo voy llevando mejor... Pero el día que se fue, yo creí que me daba algo.
El niño allí, recogiendo sus cositas. Cuatro chorradas, porque... ¿Qué se va
a llevar el pobre, si no tiene nada suyo?
.... Pues todo lo nuestro. Pero fui yo la que se lo dije:
- Anda,
tonto, llévate la tele pequeñita... y el DVD... y la minicadena... y ¡la
lavadora!
¡Pero es
más bueno! Ahí ya me dijo:
- No, mamá,
la lavadora, no... que no tengo ascensor. Ya me la traes tú cuando vengas a
verme
¡Mi niño!
Menos mal que no tengo tiempo de pensar en él, porque estoy todo el día
ocupadísima haciendo croquetas para mandárselas.
Que, si no,
se pasa la vida llamando a Telepizza. Y cuando estoy liada en la cocina, mi
marido viene por detrás, como un niño chico, a robarme las croquetas. Y yo:
- ¡Deja eso
ahora mismo! ¡Que son para el niño!
- ¿Y yo qué
ceno??
- ¡Pues yo
qué sé,..! ¡Llama a Telepizza!
Pero luego
me da pena, el pobre... que, al final, siempre le digo:
- Andaaa...
déjalo... Ya llamo yo: ¿margarita o cuatro quesos??
Bueno, y me
he comprado un móvil, que puedo hablar con el niño el tiempo que quiera por
cinco euros. Eso sí, sólo podemos hablar de ocho a
diez, como en la cárcel... Pero, a veces, no aguanto más y
lo llamo fuera de horario, a escondidas de mi marido. Que parece que tengo un
amante:
- Cariño,
te tengo que dejar, que ha llegado papá
Y cuando mi
marido me pilla:
- ¡Ha
llamado él, ha llamado él! Venga, rey, anda, no seas bobo...ya te llamo yo
luego... Huy... qué mimoso está... Éste en dos días está aquí de vuelta, ¿eh
Manolo??
Pero, por
fin, cuando dan las ocho, y ya puedes hablar con él, libremente, de todas
nuestras cosas...
- Hola
lechoncito, soy mamá... ¿Qué tal el día??
- Bah...
- ¿Qué
haces?
- Pssss...
- ¿Has
cenado ya??
- Pschá...
- Bueno, no
tienes ganas de hablar, no??
- Bah...
- Bueno,
pues adiós. ¡Manolo, el niño me ha colgado el teléfono!
Y mi
marido:
- Cariño,
es que te pones muy pesada...
- ¡Ahhhh!
¿Pesada yo? ¡Pesada tu madre, que hay que ir todos los años a ponerle flores!
Al
principio no te atreves a tocar nada de su habitación, porque tienes la
esperanza de que tu hijo se dé cuenta de que no puede vivir sin ti y vuelva.
Pero la semana pasada... abrí los ojos. Le
llamo, y me sale una voz de mujer:
- ¿Diga???
Y colgué
inmediatamente. Volví a marcar... y ya me sale el niño. Y le digo:
- Oye,
¿quién era ésa?
Y él:
- Una
amiga
- ¡Ay,
menos mal! Creí que era otra madre... Bueno, ¿y qué estáis haciendo??
- Pues
nada, comiendo...
- ¡Ah, muy
bonito! ¡Yo todo el día encerrada en la cocina para que venga una guarra
cualquiera a comerse mis croquetas!
- No, si
ella no come, no le gustan...
- Ah, ¿no
le gustan? Mírala, qué fina...
Ahí me
enfadé tanto que decidí hacerle caso a mi marido y convertir la habitación
del niño en el cuarto de la plancha. Y me pongo allí a organizar el
altillo... sus libros, sus cómics, sus revistas porno... Y de pronto, me
dije: "¿A ver si las va a necesitar?" Claro, porque cualquier pretexto
es bueno para ir a ver a tu hijo... Pero, de repente, encontré la excusa
perfecta: su ajedrez del centenario del Atleti. Con el sacrificio que hizo
para reunir las piezas, ¡que estuvo un mes comprando el periódico. Así que al
día siguiente le llevé un peón... Al otro, un alfil...Al otro, una torre... Y
él:
- ¿Pero no
me puedes traer todas las fichas a la vez??
Y yo:
- Ah... es
que como te hizo tanta ilusión reunirlas por entregas...
Y mi marido
se hace el duro, pero también tiene sus sentimientos, ¿eh? El otro día fui yo quien le pillé a él
hablando con el niño fuera de horario, y con una voz de angustia le decía:
- Hijo
mío... ¡mándame una croqueta...!
Ahí me di
cuenta de que me estoy pasando... Que hay un montón de experiencias nuevas
que vivir con mi marido. Así es que voy a empezar a disfrutar de esta segunda
luna de miel. Voy a ver si lo animo, y nos vamos juntos a... llevarle la
lavadora al niño. Y así el pobre prueba las croquetas, que está tan flaquito
que parece que el que se ha independizado es él
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miércoles
UN POCO EXAGERADO
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